En un nuevo desafío, el presidente de Brasil quiso saludar a militares en un acto. Estiró la mano y le devolvieron el codo.
El hecho se produjo en Río Grande do Sul, cuando el presidente de Brasil -Jair Bolsonaro- se acercó a un grupo de militares en un acto y volvió a desafiar los protocolos de Salud respecto de la pandemia.
Bolsonaro, quien ignora sistemáticamente la gravedad del coronavirus, estiró la mano para saludar a los militares, quienes respondieron extendiendo su codo y dejando en evidencia lo que es cada vez más notorio, y que genera críticas por doquier: que no sabe o no le importa cuidarse de este problema mundial.
Mientras tanto, las estimaciones dan cuenta de que se esperan mil muertos por día en Brasil para la semana que viene.